25.11 Marcuse. Desenajenación de la alta cultura

Bitácora de la sesión del día 25 de noviembre de 2011
Por Juana Atzin Morales

En la sesión del día 25 de noviembre se analizó el apartado 3 de El hombre unidimensional de H. Marcuse: «La conquista de la conciencia desgraciada: una desublimacion represiva». Y para desarrollar este tema se tomó primero la perspectiva de Walter Benjamin, después la de Umberto Eco y por último la del propio Marcuse.

Walter Benjamin postula que la historia del arte nace cuando es posible reproducir técnicamente las obras de arte pero la consecuencia de esta reproducción es que el aura (carácter que lo vuelve único hacia otra pieza) se difumina, ya que no es lo mismo ver una obra de arte original que ver una copia.
Walter Benjamin (1892-1940)

Cambia la pieza original, pierde su patina, el sentido histórico, el sentimiento místico. Lo que predomina en la obras anteriores a la reproducibilidad técnica es el valor de culto; sin embargo, la obra de arte en la época de su reproducibilidad técnica lo que adquiere valor no es el culto, sino la exhibición.

Esto que nos postula Benjamín va a ser una crítica a la reproducibilidad técnica per se. Es decir, antes de que fuera reproducible, el arte solo era accesible para un cierto tipo de personas. Y cuando este arte adquiere el valor de exhibición se hace una transformación de una alta cultura exclusiva de las élites, a una cultura democrática o de masas.

Esto va a generar una animadversión porque a estos hombres de élite les molestó que estas altas manifestaciones se relacionaran con las masas. Para Eco, este tipo de personas eran llamados apocalípticos, y también existe el polo opuesto que son los integrados, quienes exaltan la cultura contemporánea y muestran las ventajas que tenía el acceso del arte a las masas.

Estas dos posturas comparten la misma incomprensión de los medios (masivos) de comunicación. Según Eco, ninguno de los dos tienen razón, ya que ambos se van a los extremos y hay que tratar de buscar el punto medio. Está bien que las masas tengan acceso a la cultura, ya que esto significa un gran avance, pero tenemos que someter a crítica aquello a lo que estamos teniendo acceso.

El problema para Eco es el de los contenidos pero esta apreciación es errónea. Marcuse nos dice que el acceso a la educación para todos es un gran avance; sin embargo, hay que tener claro que en otro sentido es un retroceso porque el acceso a cualquier tipo de manifestación artística lo que nos muestra, es que el arte es para nuestra época una simple mercancía.

El arte en algún momento tuvo la función de oponerse al sistema y ahora ha perdido esa función porque está integrado en la maquinaria capitalista. ¿Qué va a implicar esta mercantilización del arte? Antes el arte era una negación de las circunstancias. Ahora es una confirmación del estado de las cosas.

El artista previo al capitalismo estaba enajenado, mediatizado del arte, por una parte de lo real y por otra de la realidad ficcional: esto en términos freudianos se llama sublimación. En esta sublimación van a ser transferibles las pulsiones sexuales que estaban reprimidas a los productos espirituales. Es decir, si vivimos en una sociedad reprimida, lo que hacemos para desahogarnos es sublimar en el arte esas manifestaciones que no se pueden decir directamente. En la desublimacion, el arte termina siendo es inofensivo y este ya no sirve para nada.

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